Profesor Manuel Jacas Tornés

UN PROFESIONAL NACIDO PARA INVESTIGAR

Por Paquita Armas Fonseca

Resulta muy difícil resumir la historia de vida del Doctor Manuel Jacas Tornés. Escritor de tres testimonios, Bisturí, Opera Prima, El Gato tiene ocho Vidas y Entre Espinas y Rosas es también coautor de la Historia de la Columna 19 José Tey y del Frente Camagüey, hechos por los que ya sería una referencia a la hora de incursionar en nuestra devenir. Pero el santiaguero Jacas, nacido en 1933, acumula muchísimos más textos e investigaciones dirigidas a su profesión esencial, la de cirujano, especialmente cardiovascular. Tiene cerca de 40 investigaciones publicadas o presentadas en congresos, catorce innovaciones tanto relacionadas con el corazón como con el sistema osteomuscular.

Ha ofrecido múltiples conferencias y cursos de post grado, ha viajado a cerca de veinte países en misión de estudio o como profesor y por esa vida tan destacada ha merecido unos 20 reconocimientos y medallas.

Cuando muchas personas piensan en retirarse, el Dr Jacas continúa en su hacer investigativo.

-¿Qué recuerdos guarda de Santiago de Cuba? ¿Comenzaron en esa ciudad sus acciones revolucionarias?

Mi recuerdo de Santiago es el mismo de mi niñez, adolescencia y juventud. La añoranza me invade cuando lo recuerdo. La generosidad, hospitalidad y valentía de la población, de Chicharrones a Santa Bárbara, de Vista Alegre a Mariana de la Torre solo se me ha hecho consciente a la distancia del tiempo y el espacio. Con nostalgia recuerdo a mi primera maestra, en la escuelita del barrio; a mi primera noviecita que nunca lo supo a causa de mi timidez. A nuestro léxico propio de la región que la “civilización” ha puesto en franca decadencia: cutara, pluma, balde, papaya, zapote y tantas palabras y frases como “que´va compay, aquí tú no tiene problema”. En fin, no juzgo los cambios pero añoro aquel Santiago.

Allí me inicié en la lucha estudiantil en el Instituto de 2da. Enseñanza. Combatíamos contra alguna medida arbitraria de la dirección del Centro o algún hecho de corrupción. Con el tiempo la lucha derivó contra los políticos venales y el enfrentamiento a la tiranía. Los mentores de mi generación fueron José Martí y Antonio Maceo cuyos idearios guiaron a la Generación del Centenario, con Fidel Castro Ruz al frente.

- ¿Por qué quiso estudiar medicina? ¿Quién influyó en esa decisión?

Estudiar medicina era un sueño para el hijo de un carpintero de rivera en Santiago de Cuba, la más larga y costosa de la Universidad, solo posible en la Ciudad de la Habana.

En mi niñez quise ser muchas cosas; desde artista de circo a boxeador, bombero o piloto de aviones. A través de las obras completas de Martí, me aficioné a la lectura. Siempre fui muy curioso y observador de todo lo que me rodeaba. Cuando se sacrificaba un animal o ave, me entretenía viendo su interior, sus órganos. ¡Qué maravilla de la naturaleza! Quizás así surgió mi interés por la medicina, pero pienso que lo que definitivamente influyó en mi decisión fueron las lecturas relacionadas con el tema. Mi ideal social de la medicina se limitaba en aquella época a “cobrar a los ricos o que pudieran pagar y atender gratis a los pobres” Así de simple era mi pensamiento social en la adolescencia.

-¿Puede contarnos como fue su enrolamiento en una misión internacionalista en 1965? ¿Qué experiencias guarda de ese tiempo?

Mira la Revolución había triunfado, yo había reincorporado a la Universidad en la carrera de medicina y había hecho el internado vertical de cirugía, cuando se produjo la agresión de los Estados Unidos de Norteamérica a Vietnam. Me ofrecí como voluntario para prestar mi colaboración médica a aquel País.

Estaba cumpliendo mi Servicio Médico Rural en Palma Soriano, municipio de la antigua provincia de Oriente, fui convocado, con otros dos compañeros del mismo cuso, los doctores Julián Álvarez Blanco, Clínico y Rodrigo Álvarez Cambras, ortopédico, al Ministerio de Salud Pública por el Ministro José Ramón Machado Ventura, para concretar nuestro ofrecimiento de misión Internacionalista, solo que no sería para Vietnam sino para África.

Se trataba de una misión militar encubierta, clandestina; con nombres y documentos falsos, después firmar un documento de voluntariedad, sin limitación de tiempo. Debíamos asegurar la atención médica de los combatientes cubanos de una columna que apoyaría la estabilidad de un País recién liberado del colonialismo y eventualmente apoyar a los combatientes del Ejercito Popular de Liberación de Angola.

Fue una gran experiencia para mi formación médica y humana de la cual más que sentirme orgulloso, me siento agradecido por la oportunidad de profundizar el conocimiento y amistad con mis colegas y los jóvenes que integraban la columna.

-¿Por qué se inclinó hacia la cirugía cardiovascular?

Partamos del hecho que me gusta la cirugía. Intervenir con tus propias manos para salvar una vida o aliviar el sufrimiento de un enfermo se ajustaba mejor a mi temperamento. La mayor parte de mi carrera de medicina la pasé en el Hospital Reina Mercedes, hoy Comandante Manuel Fajardo. Siendo alumno participaba en las prácticas en laboratorio de cirugía experimental y ya como Interno de Cirugía como ayudante en las operaciones. Creo que finalmente me incliné por esa especialidad por la suerte de estar en el Servicio de cirugía del Profesor Noel González, al cual se le dio la tarea de iniciar esa especialidad en el País. Desde el principio tuvimos la ayuda de la Unión Soviética y visitas de grupos de cirugía cardiovascular de España y México.

-¿Cuan importante le resulta a Usted la investigación y la experimentación?

Ya dejé dicho mi gran curiosidad desde mi niñez por las maravillas de la naturaleza; esa curiosidad no podía conducirme a otra parte que a la investigación.

Cuando inicié mi Residencia en Cirugía cardiovascular en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular pasé de la “curiosidad científica” a Investigación científica; propia de un Instituto de investigación. En mi currículo de Investigador Auxiliar aparecen los cursos sobre Metodología de la Investigación, Ética de la Investigación, además de la autoría de muchos trabajos de investigación, algunos de los cuales catalogados como relevante.

La respuesta a esa pregunta está en mi trabajo actual y los numerosos trabajos presentados en eventos científico Nacionales e Internacionales y en los que actualmente trabajo en el CCOI “Frank País”

- ¿Puede contar la historia del trasplante de corazón que realizó? ¿Considera ese un hecho relevante en su vida profesional?

La historia de ese trasplante la plasmé en una novela testimonio, publicada por la Editora Verde Olivo en el 2001: Bisturí Opera Prima. Los hechos son rigurosamente ciertos; los nombres de los personajes están cambiados.

Aunque se divulgó por la prensa y mi nombre se resalta como director del equipo quirúrgico multidisciplinario que lo realizo, no lo considero como un hecho relevante en mi vida profesional. Para mi es más complejo y difícil la extirpación exitosa de una válvula aortica completamente calcificada, o una doble o triple sustitución valvular o la reconstrucción de una cardiopatía congénita compleja, por solo señalar algunas que a diario se realizan en los Servicios de Cardiocirugía del País, y no tienen esa divulgación por la prensa.

-¿Cuándo y por que se traslada hacia la ortopedia?

El Servicio de cirugía cardiovascular que dirigía en el Hospital no tenía perspectiva de desarrollo, por problemas objetivos y subjetivos. El Dr. Rodrigo Álvarez Cambras, mi amigo y director del Hospital Frank País, me pidió colaboración en un proyecto de investigación para la revascularización de la médula espinal en las lesiones traumáticas de las mismas, me interesó el tema y acepté. Luego surgieron otros proyectos y me quede allí.

-¿Cuál aporte ha realizado en esta rama?

Sería muy pretencioso de mi parte hablar de aportes a esa rama quirúrgica.

Sí de algún aporte pudiera señalarse, del cual me siento satisfecho, es la edición y revisión española del libro Save Lives Save Limbs de los profesores Hans Husum, Mads Gilbert y Torben Wisborg, del hospital Universitario Tromsoe de Noruega, por sus profundos conocimientos del Apoyo Vital para las víctimas de minas, guerras y accidentes.

Desde el punto de vista de la investigación frente al Banco de Tejidos hemos implantado las Normas Cubanas para la operación de los Bancos de Tejidos en Cuba, confeccionado los manuales de procedimiento y sistema de calidad así como la posibilidad de empleo de nuevos métodos de esterilización de los tejidos biológicos.

-¿Qué cirugía prefiere: la cardiovascular o la ortopédica? ¿Por qué?

No existe ninguna especialidad quirúrgica que aporte al cirujano el protagonismo en la eterna lucha de la vida y la muerte como la cirugía cardiovascular. No importa cuan sencilla o compleja sea la intervención, en ellas siempre está presente la sensación de tener la vida de un ser humano, en sus manos.

- Cualquier otro asunto que yo no haya preguntado y Usted desee manifestar.

Mire periodista, la Revolución me permitió participar en el nacimiento y desarrollo de la cirugía cardiovascular. Fueron años de mucho esfuerzo por parte del pequeño grupo que la inició, con el Profesor Noel González Jiménez al frente.

De ese pequeño grupo integrado por médico, enfermeras, instrumentistas, técnicos y humildes trabajadores, que después de la jornada laborar se reunían en el laboratorio de cirugía experimental, del hospital Manuel Fajardo, para el montaje de las técnicas de circulación extracorpórea y la practica de nuevas intervenciones, muchos ya no están entre nosotros. Los que aún quedamos admiramos los esfuerzos del País, invirtiendo cuantiosos recurso en el desarrollo de la especialidad y el prestigio justamente ganado por todos los cardiocentros del País.

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