Profesor Raúl Dueñas Fernández

raul-duenas-fernandezProtagonista de un gigante sueño en el centro de Cuba

Por Paquita Armas Fonseca

Entrevistar al Dr. Raúl Dueñas Fernández se convirtió en una obsesión para mí. Tuve noticias de que sí, de que respondería el cuestionario pero pasaron los meses y no sucedió, hasta que una amiga común Cecilia, supo emplear mejor los argumentos que yo y así logré insertar las respuestas del hombre que ha dirigido con éxito desde su fundación el prestigioso centro quirúrgico cardiaco en el medio de la Isla de Cuba.

Nacido en Quemado de Güines, el 8 de julio de 1945, justo sesenta y siete años después escribo estas líneas, de tal suerte que sirven como reconocimiento a un hombre de extracción muy humilde, pero con un padre que logró insertarlo en una beca para que realizara estudios primarios y secundarios en el Colegio de Belén de los padres Jesuitas y terminara el Preuniversitario en el Instituto Elcire Pérez González de Sancti Spiritus.

Luego llegaron los estudios superiores, pero Dueñas todo lo hizo en su región central, desde su labor asistencial hasta como director de diversos centros.

Miembro de varias instituciones científicas nacionales de Cirugía, Cardiología, Angiología y Cirugía Vascular, ha participado en más de una veintena de Congresos Nacionales e Internacionales, tiene un número importante de publicaciones y es Profesor Asistente del Instituto Superior de Ciencias Médicas. Es Master en Salud Pública.

Entre las numerosas distinciones se encuentra su condición de Vanguardia Nacional, Trabajador Internacionalista, Servicio Distinguido de las FAR y ser Huésped Distinguido de la Ciudad de Santa Clara. Bajo su dirección, el cardiocentro ha obtenido reconocimientos como Colectivo Moral, Vanguardia Nacional, Entidad de Ciencia e Innovación Tecnológica y la Orden Carlos J. Finlay otorgada por el Consejo de Estado.

Dueñas es Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro de su Comisión de Salud desde el año 2008.

¿Qué lo llevó a estudiar medicina? ¿Le fue fácil llegar y pasar la universidad? ¿Existe alguna tradición familiar?

Desde pequeño tenia la inclinación y llegado el momento de decidir comencé en la carrera de Biología en la Universidad de La Habana, pues me gané una beca por ser finalista del primer Concurso Nacional de Monitores, pero finalmente renuncié a la misma y comencé la carrera de Medicina.

Realmente mi querido Padre, que venía de un origen muy humilde, tenía una visión de futuro excepcional y me procuró estar en una beca con los Padres Jesuita en El Colegio de Belén y esto me permitió una formación muy sólida que me facilitó terminar el preuniversitario en Sancti Spiritus y comenzar finalmente en el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón en la Capital. En 1967 pasamos un grupo de estudiantes, para terminar la carrera en la recién creada Escuela de Medicina de la Universidad Central de Las Villas.

No existía ninguna tradición pues nadie del ambiente familiar había podido terminar ni siquiera al nivel del llamado Bachillerato.

¿Por qué la cirugía?

Durante el transcurso de la carrera todos los estudiantes se van familiarizando con las actividades a las que se enfrenta y la Cirugía siempre me llamó más la atención que otras especialidades y después de una selección comencé el Internado Vertical en Cirugía en el Hospital Provincial Docente Clínico Quirúrgico de Santa Clara. En este mismo centro hospitalario culminé dicha especialidad en 1979.

¿Y como se decide a operar el músculo más preciado del cuerpo humano?

El Servicio de Cirugía tenía una gran tradición y el jefe de dicho servicio, el Profesor Daniel Codorniu Pruna, había proyectado comenzar la cirugía cardiaca fuera de la capital y se hacían intervenciones quirúrgicas cerradas con profesores invitados, que permitieron adquirir una buena experiencia inicial. Cuando en 1982 se decide por Fidel desarrollar esa actividad asistencial de forma territorial, fue escogida que se realizara en Santa Clara gracias a esos antecedentes que existían desde esa época anterior. Como era Vice Director Quirúrgico del Hospital me designaron para participar en el grupo y posteriormente fui su Jefe de Servicio y con el tiempo, cuando logramos crear el primer centro independiente fuera de la Capital, en 1998, me nombraron Director de la Unidad Presupuestada Cardiocentro Ernesto Che Guevara de Santa Clara, Villa Clara.

¿Recuerda su primera cirugía? ¿Que siente cuando muere un paciente?

La recuerdo porque teníamos la costumbre de anotar los datos de todos los pacientes que operábamos; costumbre que seguimos hasta la fecha pues aún se llevan los libros con el registro de todas las operaciones desde que comenzó el centro hace 26 años.

Mi primer paciente se llamó Edilio Mesa González, Historia Clínica número 176440 y lo operé de una Apendicitis Aguda, fue en el año de 1974. La 100 se llamó Catalina Ibarra de Armas, tenia 70 años con HC 481364, presentaba una hernia Crural atascada…y de igual manera pudiera relatarle los de mi experiencia personal y los del centro hasta la fecha.

Cuando un paciente fallece, se siente pena y sensación de derrota, pues siempre se aspira resolver el problema. Hay situaciones en las que uno conoce que los riesgos son altos y se va a intentar resolver una situación que de antemano se sabe puede tener un mal resultado, en este caso es más llevadera la pena…pero siempre afecta.

¿Y cuándo se lo arrebata a la muerte?

La atención a las urgencias médicas quirúrgicas es una actividad muy particular que lleva implícito una gran carga emocional, concentración, rapidez para tomar la decisión mas correcta en el menor tiempo…en ese momento cuando se salva de verdad a una persona es una alegría interior que compensa todo el esfuerzo, el tiempo y la dedicación. Es una sensación indescriptible que lo compensa todo.

¿Cómo llega al cardiocentro de Villa Clara y desde cuando lo empieza a dirigir?

Como anteriormente expliqué fui designado jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular cuando comenzó en Julio de 1986, provenía de la Vice dirección Quirúrgica del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico de Santa Clara.

Cuando se creo la Unidad presupuestada, en 1998, me nombraron como Director del Cardiocentro Ernesto Che Guevara; fue el primer centro de este tipo, independiente económicamente, y con carácter territorial para atender toda la región central del país.

Tuve la suerte de contar con un numeroso grupo de profesionales escogidos de lo mejor, que trabajando muy unidos logramos sacar adelante esta difícil tarea de llevar estos servicios de medicina de alta complejidad fuera de la capital.

¿Por qué ese hospital ha tenido muy buenos resultados en la cirugía coronaria, especialmente aquella que se realiza con el corazón funcionando?

Llegamos a la cirugía coronaria como un proceso evolutivo dentro del desarrollo de la cirugía cardiaca. Para ello nos preparamos visitando los centros de La Habana y varios en el extranjero, como en Moscú, en Suecia, Madrid, y Praga; cuando teníamos todo el equipo preparado comenzamos y coincidió con nosotros un especialista joven del Instituto Nacional de Cirugía Cardiaca de Montevideo, Uruguay, el Dr. Mauricio Cassinelli Arana, con el que mantenemos aún, estrechas relaciones y que nos ayudó trayendo información, material médico de instrumental y otros insumos para desarrollar además la cirugía coronaria con el corazón latiendo. Esto no fue único en el país pues los demás centros también la desarrollaron al igual que nosotros convirtiéndose hoy en una práctica habitual.

Pasemos al Cardiovilla  ¿cómo surgió la idea de celebrarlo? ¿Qué temas han sido los más debatidos?

El Cardiovilla fue una de las actividades planificadas para celebrar los 25 años de comienzo de las actividades del Cardiocentro. Digo comienzo porque nunca hubo inauguración por problemas constructivos de filtraciones cuando debía haberse inaugurado. El 10 de Octubre de 1987, el compañero Raúl visitó el centro y nos animó a seguir trabajando en bien de la población.

Durante este encuentro se trataron todos los aspectos relacionados con la actividad médica que desarrollamos y participaron varios especialistas extranjeros de alto nivel, además de una importantísima intervención de especialistas nacionales de todo el país.

¿Qué beneficio  obtienen de esos encuentros?

Estos encuentros brindan la oportunidad de intercambiar experiencias y trasmitir conocimientos acumulados por los diferentes grupos de trabajo que son en definitiva un sistema de salud de alta especialización en el campo de la asistencia médica y que enfrenta la primera causa de muerte en Cuba.

¿Tiene idea de cuántos cirujanos se han formado en el hospital que dirige desde 1986?

Comenzamos cuatro cirujanos y posteriormente se han graduado diez más; actualmente hay cuatro jóvenes que hacen su residencia y con ellos se completa la necesidad por ahora de esta especialidad

Tenemos la suerte de haber podido preparar especialistas jóvenes en todas las especialidades que intervienen en la actividad que en el 2003 incluyó el inicio regular de la cardiología intervencionista y en diciembre de ese propio año se comenzaron los estudios Electrofisiológicos que permitieron tratamiento a diferentes enfermedades causantes de arritmias en muchos pacientes y otras actividades cardiológicas muy especializadas.

¿Qué desea en el futuro inmediato para su hospital?

Tenemos un proyecto de crecimiento que no se ha podido concluir que duplicaría la capacidad tanto quirúrgica como de la cardiología intervencionista y que nos permitirá satisfacer las necesidades de la población que atendemos, evitando las listas de espera.

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