Profesor Ignacio Ricardo Fajardo Egozcue

En anestesiología solo hay procederes mayores

Por Paquita Armas Fonseca

fajardo1Aunque no son dogmas, mucho de verdad tienen los refranes, como aquel “de casta le viene al galgo”. Al Dr. Ignacio Ricardo Fajardo Egozcue este enunciado le viene como aro al dedo: su padre fue un destacado médico del que siguió sus pasos y hoy en su Villa Clara natal es un reconocido especialista.

Su trabajo ha hecho que merezca más de cincuenta distinciones de diversas categorías. Maestro de varias generaciones confiesa haberse quedado en su terruño aunque tuvo otras oportunidades.

Profesor Titular de Anestesiología y Reanimación de la Universidad de Ciencia Médicas de Villa Clara, es fundador del Cardiocentro Ernesto Che Guevara de esa provincia y desde el 2000 es su Jefe de Departamento de Docencia e Investigaciones.

El Dr. Fajardo ha participado en un número importante de innovaciones y racionalizaciones, ha publicado en revistas especializadas, libros y ponencias, además de realizar una amplia útil labor de investigación como el Estado de conciencia en anestesia de recuperación rápida para cirugía coronaria con el corazón latiendo. Proyecto de institucional del Cardiocentro de Villa Clara Enero 2007 hasta Diciembre 2009.

Es miembro de prestigiosas instituciones entre las que se encuentran el Colegio Médico de la República de Jamaica 1976, del Reino de Suecia 1987 y de la República de África del Sur 1996

En su actividad docente ha recibido e impartido cursos de post grado en Cuba y el extranjero, y una buena cantidad de alumnos lo ha tenido de tutor.

-¿Dónde Usted nació?

En la ciudad de Santa Clara, Las Villas, hoy Villa Clara.

-¿Tiene familiares médicos?

Sí, mi padre profesor titular de microbiología y laboratorio clínico

-¿Qué lo llevó a estudiar medicina?

Motivado por el trabajo de mi padre y el deseo de involucrarme en curar y ayudar a otros. ¿Dónde? : El primero y el segundo año en el Instituto superior de Ciencias médicas Victoria de Girón, en La Habana; del tercero al sexto año en el Hospital Celestino Hernández Robau de Santa Clara, Villa Clara

-¿Y anestesiología?

También en el Celestino Hernández Robau.

-¿Por qué regresó a Villa Clara? ¿Acaso no se le dieron otras oportunidades?

Por ser mi provincia, donde radican mis familiares más allegados y tener mis raíces. Deseché las otras propuestas.

-¿Qué se siente al ser fundador de un centro con un alto reconocimiento por parte de pacientes y profesionales?

Considero que ha sido para mí un alto reconocimiento. Un Honor. Me ha permitido sentirme realizado en mis aspiraciones de participar en un hecho significativo para nuestro pueblo, ha llenado mis expectativas de participar junto a muchos otros en algo que ha creado una diferencia para bien y un privilegio y motivación para continuar dando lo mejor de mí.

-¿Cuánto contribuye un anestesiólogo en una intervención quirúrgica?

El trabajo de atención a un enfermo cuyo tratamiento implica la realización de procederes quirúrgicos, posee la cualidad máxima de trabajo en equipo. El trabajo del anestesiólogo no solo es proporcionar las condiciones de analgesia para que el paciente no sienta dolor, sino que va mucho más allá. El cuidado del paciente, el mantenimiento de los signos vitales, su seguridad perioeratoria, el interactuar con los cirujanos para mantener en todo momento cubiertas las necesidades y requerimientos de la vida y bienestar del enfermo. La atención de los más mínimos detalles, el control de las afecciones no quirúrgicas que pueden tener los pacientes, su vigilancia y control. En fin es el especialista clínico que garantiza todos los aspectos concernientes a la seguridad y bienestar del paciente quirúrgico. Fuera del acto operatorio, son funciones no menos importantes del anestesiólogo los cuidados intensivos del paciente quirúrgico, la atención y tratamiento de las afecciones dolorosas que pueden presentar las personas en general.

-¿Y si se trata de una operación a corazón abierto cómo ve Usted la función del anestesiólogo?

En términos generales sus funciones son iguales que en otros procederes quirúrgicos, ya que si bien en cirugía hay operaciones mayores y menores, en anestesiología solo hay procederes mayores. Pero si es cierto que el hecho de estar trabajándose sobre un órgano en movimiento y absolutamente indispensable para la vida, esto crea situaciones particulares que obligan al anestesiólogo a dominar mucho más en detalles los conocimientos y habilidades de otras especialidades como la cardiología, los cuidados intensivos, etc. Y debe velar y actuar en una estrecha vinculación con lo que está ocurriendo en el campo quirúrgico con el paciente, por lo que considero que demanda esfuerzos extras de dedicación, comprometimiento, conocimientos, destreza y habilidades más allá de las habituales.

-¿Qué experiencias obtuvo de su trabajo en Jamaica y África?

Fueron muchas y muy variadas. Principalmente por ser países con sistemas de salud diferentes, donde no existe un sistema de salud integral y totalmente estructurado bajo el principio de todo para el paciente, sin importar los costos que se deriven de esto (Sin decir que la economía no importa, pero no se antepone a las necesidades del paciente) Por otra parte sobretodo en África las necesidades derivadas de atender pacientes con patologías exóticas o/y no existentes en Cuba. Me fue muy importante el tener que trabajar en condiciones que requirieron el atender otras esferas de la práctica médica, y/o en condiciones de esfuerzos laborales extremos. También el enfrentarme a medicamentos y equipos nuevos para nosotros.

- ¿Qué le aportó su estancia en Suecia?

Fue una experiencia única, de esas que se dan pocas veces en la vida de un profesional en nuestro medio. No solo me permitió una actualización del conocimiento al más alto nivel del primer mundo en la esfera de la medicina, sino que también lo más importante es que me permitió comprobar que con los conocimientos y preparación alcanzados en nuestro país, fui capaz de DAR LA TALLA en ese centro de nivel mundial, en igualdad con los profesionales que trabajaban ahí. Eso me ha servido de mucho en mi práctica profesional y considero que me ha permitido alcanzar y aportar éxitos significativos en mi vida profesional.

- Tiene Usted una profusa cantidad de trabajos publicados ¿acaso le interesa también escribir?

Pienso que sí, es una idea y deseo que me ha estado rondando desde hace ya algún tiempo. Tal vez lo intente en el futuro próximo.

- ¿Cuál es el primer consejo que le dirige a un joven anestesiólogo?

Desprenderse de la necesidad del reconocimiento profesional para trabajar. Pensar que la satisfacción de hacer las cosas al mejor nivel que sea capaz de logar es y será la máxima recompensa. Dedicación, desprendimiento, humanismo, esfuerzo continuo, modestia y mantener siempre el deseo de saber más y no menospreciar el conocimiento y la experiencia que cualquier persona te puede brindar deben ser los pilares de su conducta diaria. Recordar que el conocimiento es la única carga que no pesa y no sobra.

-Si volviera a nacer ¿escogería esa profesión? ¿Por qué?

Esta pregunta posee varias aristas. Yo quería estudiar cardiología cuando terminaba mis estudios de pregrado, sigo queriéndolo hacer. Me ofrecí voluntariamente para hacer anestesiología por el llamado que se hizo en ese momento para apoyar la especialidad luego del éxodo masivo de los primeros años de la Revolución. Por cosas de la vida ese deseo se ha cumplido para mí ya que desde que me inicié en la anestesia para cirugía cardiovascular (hace ya 35 años) he tenido que estudiar y practicar muchas cosas de la cardiología. Reconozco que aún me hubiera gustado dedicarme por estero a la cardiología, pero por otro lado no me arrepiento de haber escogido la Anestesiología, que tantas satisfacciones me ha brindado en la esfera profesional, por lo que creo que sí escogería de nuevo esta especialidad.

 

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